La joven violonchelista argentina Sol Gabetta es, sin la menor duda, una chelista de gran calibre. Tiene un sonido redondo, lleno, hermoso, de gran amplitud dinámica. Puede que no especialmente poderoso, pero sí sumamente rico en colores y siempre puesto al servicio de un temperamento en el que se combinan con sabio equilibrio el nervio y el brío con la exquisita sensibilidad para un canto de profunda expresividad. Es de esas artistas en las que la música fluye con naturalidad, sin estridencias, sin hurtar al compositor su lógico protagonismo ni pretender que la música diga otra cosa que lo que contiene, pero siempre suficientemente implicada y convencida del mensaje como para que el resultado artístico sea intenso, de esos que gana y mantiene la atención del oyente con facilidad. […]
- Scherzo, Rafael Ortega Basagoiti, 11.02.2017